lunes, 26 de octubre de 2015

La Sexualidad En Adolescentes.


El adolescente es una personita en la que predomina la acción sobre el pensamiento, lo quiere probar todo y se siente absolutamente libre y desafiante. El grupo lo atrae como un imán. Piensa, siente y actúa en función del grupo. Es la edad en la que más propensos estamos a que pasen cosas irreversibles. En el varón el riesgo mayor está puesto sobre su propia vida. En la mujer el mayor riesgo está en la posibilidad de un embarazo.Veamos un poco como es en esencia la sexualidad en esta etapa de la vida. El adolescente pasa por tres períodos: el primero de ellos, el puberal, tiene como centro el descubrimiento de la actividad masturbatoria y hay tendencia a la ambivalencia hacia el otro sexo: atracción o rechazo y temor. Va de los 11 a los 13 años y las posibilidades de embarazo son menores que en el segundo período que es el nuclear. El tercero se conoce como juvenil y va desde los 18 hasta los 85 años.
Los adolescentes no están preparados para tener un hijo. Esta es quizás la condición más exquisita de la adultez. Ser padres requiere de un aprendizaje duro de la vida. Debería ser enseñado en las universidades, las cuales, des afortunadamente, solo informan, olvidándose de su enorme compromiso educativo dirigido a los adolescentes juveniles.
Al no estar la adolescente nuclear preparada síquicamente para recibir el niño, el riesgo se traslada a los padres quienes necesariamente asumen el nieto como hijo. Si estamos en esta encrucijada, solo nos toca llenarnos de valor, de sensatez, de madurez y de amor para poder vivir la felicidad del advenimiento de un nuevo bebé. Esto, sin embargo, no viene solo. Hay que estar claros sobre el manejo de los problemas legales.
Si la niña no está en condición de asumir el bebé y los padres lo van a criar, deben ser conscientes del riesgo de que en poco tiempo pueden ser despojados de una criaturita que les hace la vida completa. Si esto se despeja desde el principio, se ahorrarán dolores innecesarios.
Aun cuando las campañas educativas deben estar dirigidas hacia la abstinencia y hacia las actividades distractoras de grupo (como el deporte, el teatro y los grupos musicales), que protejan de una sexualidad inmadura y de altísimo riesgo, también es cierto que hay culturas que aceptan complacientes la entrada a la sexualidad heterosexual de los adolescentes juveniles.Es frecuente ver en estos países como los muchachos al entrar a la universidad comienzan a tener sexualidad activa con sus parejitas de enamorados, con la anuencia de los padres y en sus propias casas, compartiendo con ellos un entrenamiento de pareja que los afianza en la fidelidad y en una sexualidad no promiscua y peligrosa. Es un modelo que aún no ha llegado a nuestra comunidad, pero debemos estar preparados para enfrentarlo.

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